Descripción de la ruta.

Esta ruta es un trayecto ideal para observar el paisaje de la zona central de Asturias. La parte más dura de la ruta será el final, de Grado a Trubia, subiendo el Alto de Fuejo por la N-634 (que tiene poco tráfico porque ya funciona la autovía).

Partimos de Lugo de Llanera y, entre amplias praderas, caserías y modernas e intrusas urbanizaciones y similares, pedaleamos, pasando por San Cucao y su castillo o Casa de la Torre. Subimos el alto de Santa Cruz y bajamos, ya por el concejo de Las Regueras, hasta el histórico puente de Peñaflor, cruzando el río Nalón y entrando en Grado por el Camino de Santiago (la Puebla de Grado que saqueó e incendió Gonzalo de Peláez, Conde de Coalla, en el siglo XII).

Siguiendo el curso del río Cubia, llegamos al castillo de Coalla, cercano a curiosos hórreos con buhardilla, junto al río Las Varas, en un lugar que invita a quedarse a descansar y a contemplar el plácido paisaje. Después volveremos a Grado y seguiremos trayecto hasta Trubia subiendo el Alto del Fuejo.

BREVE RESEÑA HISTÓRICA DEL CONDE GONZALO PELÁEZ DE COALLA:

En el siglo XIV, el conde, conocido por su crueldad, contaba con tres castillos en la comarca, y tenía obsesión por someter a la Puebla de Grado, que disponía de Carta Puebla otorgada por el Rey Fernando IV. El 1 de marzo de 1308 atacó a la Puebla de Grado, cogiendo desprevenidos a sus habitantes: pasó a cuchillo a hombres y niños, deshonró y asesinó a las mujeres y asoló y quemó la Puebla de Grado y sus alrededores. Se enfrentó al Rey Fernando VI y se alió con el no menos ambicioso y sátrapa obispo de Oviedo, Fernando Álvarez, ambos consiguieron poner en jaque al rey y dominar gran parte de las Asturias del Siglo XIV, sembrando el terror y la anarquía a sangre y fuego.

Durante largos años hubo sangrientas luchas; por una parte las tropas del rey, en alianza con los pueblos y hombres de armas de Grado, Oviedo y Quirós, entre otros, hermanados en defensa de sus derechos y libertades reconocidos por el monarca, y por otra, las mesnadas del conde y el obispo que mantuvieron la provincia en estado permanente de guerra civil.

Finalmente, en el reinado del joven Alfonso XI, se consigue aislar y reducir las mesnadas del conde, que es traicionado por el obispo para conseguir el perdón del rey. Consigue el conde salir de Asturias y busca refugio en el Reino de Aragón siendo sus bienes confiscados y mueriendo en el destierro.