Ruta lineal con comienzo en El Berrón, en pleno concejo de Siero, y con final en Gijón que no tiene especial dificultad. Únicamente hay que prestar atención en las bajadas. Y ya sabéis: ¡Quien ve al gochín, ha de besarle en el morrín! Así pues, es una ruta para hacer cicloturismo entretenido, evitando el habitual Alto de La Madera, que discurre por un entorno rural sorprendente entre limoneros y hórreos.

De El Berrón se sale en dirección a Buenavista para cruzar un poco más adelante la N-634 entrando en Noreña por delante del ayuntamiento, para poco metros después hacer la parada en el punto que da nombre a la ruta: el Monumento al Gochín (cerdo). Es una estatua de un cerdo a tamaño natural hecha en bronce, sobre un pedestal, que trata de ensalzar la figura de este animal del que se comen “hasta los andares”. Noreña destaca por la industria cárnica que está establecida en la zona y por su gastronomía asociada: sabrosos callos, manos de cerdo, chorizos sabadiegos…

Al lado se sitúa el Quiosco de música: es una de las obras más antiguas de la arquitectura del hierro del concejo. La antigua Plaza mayor, actualmente paseo de Fray Ramón, con sus jardines y su airoso quiosco, sigue siendo el escenario de las actividades musicales de la villa y lugar de encuentro social.

Al poco de reanudar la marcha, y cuando la ruta se dispone a salir de Noreña, nuestra atención será captada por el avistamiento de una torre-reloj que conduce al palacio del Rebollín. La torre-reloj, hoy en día acondicionada para fines culturales, data del siglo XVII y tenía funciones relacionadas con el poder municipal: reuniones vecinales, cárcel, cuadra o almacén. El reloj de la Torre ha servido para controlar las horas de trabajo en los talleres y actividades de la villa, mediante el sonido de su campana y también porque es visible desde muchos puntos de la villa.

El palacio del Rebollín construido entre los siglos XVI y XVIII, fue solar de poderosas familias asturianas como los Argüelles (la familia original), los Llanes o los Quirós. Este edificio es una gran muestra de la construcción palaciega asturiana. El exterior, de sencilla monumentalidad, presenta en su fachada principal los escudos correspondientes a las armas de los Argüelles y de los Argüelles-Quirós. Dos grandes arcos, colocados encima de impostas lisas, dan paso al zaguán.

La ruta continúa entre diversos chalés y viviendas de estética variada, que a medida que se adentra en el valle, cambiarán por las tradicionales casas de aldea con sus hórreos y paneras de los que penden ristras de cebollas, panoyas de maíz y algunas fabas que se secan al aire. Una verdadera inmersión en el más tradicional estilo agrícola y ganadero del entorno rural asturiano. En esta inmersión se atraviesan lugares como Poladura o Huergo, donde en sus proximidades se avista la solitaria ermita de San Ananías.

Tras una importante bajada, llegamos al valle del río Pinzales, donde iremos a la vera de la línea férrea y del río hasta Sotiello, pasando por las cercanías de La Aguda, Peñaferruz o Pinzales. En este camino se intuye el campanario de la Abadía de San Juan Bautista, con el texu (tejo) centenario que la protege con su extensa sombra. Y si se hace este paseo en las fechas propicias, se podrá disfrutar de la compañía del fragante aroma de los limoneros, cargaditos de su fruta y cuyo color amarillo llenará nuestras mentes de tintes cítricos y veraniegos.

Tal es el estado de paz y asombro que se llega a alcanzar en este viaje que ni siquiera podrá deshacerlo la llegada a Gijón a través de un paisaje cada vez más industrial y urbano en el entorno del Polígono de Somonte y el barrio de Tremañes, por el que se entra en la ciudad. Tras andar por el cómodo carril-bici del parque de Moreda se llega a la estación de tren de Gijón, punto final de esta ruta.

• Ruta apta para bicicletas de montaña, híbridas y de carretera
• Ruta apta para menores y ciclistas noveles ya que no tiene especial dificultad
• Si se prefiere acortar, se podría empezar desde Noreña (que tiene estación de FEVE)